TRES COMPONENTES DE LA PERSONALIDAD
La teoría psicosexual de Freud específica que tres componentes de la personalidad, el ello, el yo y el superyó, se desarrollan y se integran en forma gradual en una serie de cinco etapas psicosexuales.
El ello; es todo lo que está presente al nacer. Su única función en satisfacer los instintos biológicos innatos y tratará de hacerlo de inmediato. Ejemplo, cuando los bebés o mojadas, sólo se quejan y lloran hasta que sus necesidades son satisfechas; además, no son conocidos por su paciencia
El yo; es el componente racional consciente de la personalidad que refleja las capacidades para percibir, aprender, recordar y razonar que están surgiendo en el niño. Su función es encontrar medios realistas para satisfacer los instintos, como cuando un niño hambriento, recordando cómo obtiene comida, busca a su mamá y dice galleta. A medida que su yo madura, pueden controlar mejor su ello irracional y encontrar maneras realistas de satisfacer sus necesidades por sí mismos
El componente final de la personalidad, o superyó; es el asiento de la conciencia. Surge entre los tres y los seis años de edad a medida que los niños internalizan (adoptan como propios) los valores y normas morales de sus padres (Freud, 1933) Una vez que surge es superyó, los niños no necesitan un adulto que les diga que han hecho bien o mal, ya que están conscientes de sus propias transgresiones y se sienten culpables o avergonzados por su conducta poco ética. Por lo tanto el superyó es un censor interno. Insiste en que el yo encuentre salidas socialmente aceptables para los impulsos indeseables que genera el ello.
La teoría psicosexual de Freud específica que tres componentes de la personalidad, el ello, el yo y el superyó, se desarrollan y se integran en forma gradual en una serie de cinco etapas psicosexuales.
El ello; es todo lo que está presente al nacer. Su única función en satisfacer los instintos biológicos innatos y tratará de hacerlo de inmediato. Ejemplo, cuando los bebés o mojadas, sólo se quejan y lloran hasta que sus necesidades son satisfechas; además, no son conocidos por su paciencia
El yo; es el componente racional consciente de la personalidad que refleja las capacidades para percibir, aprender, recordar y razonar que están surgiendo en el niño. Su función es encontrar medios realistas para satisfacer los instintos, como cuando un niño hambriento, recordando cómo obtiene comida, busca a su mamá y dice galleta. A medida que su yo madura, pueden controlar mejor su ello irracional y encontrar maneras realistas de satisfacer sus necesidades por sí mismos
El componente final de la personalidad, o superyó; es el asiento de la conciencia. Surge entre los tres y los seis años de edad a medida que los niños internalizan (adoptan como propios) los valores y normas morales de sus padres (Freud, 1933) Una vez que surge es superyó, los niños no necesitan un adulto que les diga que han hecho bien o mal, ya que están conscientes de sus propias transgresiones y se sienten culpables o avergonzados por su conducta poco ética. Por lo tanto el superyó es un censor interno. Insiste en que el yo encuentre salidas socialmente aceptables para los impulsos indeseables que genera el ello.
Freud, pensaba que el sexo era el instinto más importante porque los perturbaciones mentales de sus pacientes a menudo giraban alrededor de conflictos sexuales infantiles que habían reprimido.
Freud decía que los niños pequeños son seres sexuales (1940/1964), cuya perspectiva del seño era muy amplia, ya que abarcaba actividades como chuparse el dedo y orinar. Freud creía que a medida que maduraba el instinto sexual su foco cambiaba de una parte del cuerpo a otra y que cada cambio provocaba una nueva etapa de desarrollo psicosexual.
Freud decía que los padres deben caminar en una línea delgada con sus hijos en cada etapa psicosexual. Pensaba que permitir demasiada o muy poca satisfacción de las necesidades sexuales causaba que un niño se obsesionara con cualquier actividad que fuera aletada o desalentada en forma intensa, en cuyo caso el niño podía fijarse en esa actividad (es decir mostrar un desarrollo detenido) y conservar algún aspecto de ella a lo largo de su vida.
Por ejemplo: un bebé que fue castigado muy fuerte por chuparse el dedo, lo cual generó un conflicto a ese respecto, podría expresar esta fijación oral a través de actividades sustituidas como fumar cigarrillos, practicar sexo oral cuando es adulto. En suma Freud afirmaba que las primeras experiencias y conflictos infantiles pueden influir en los intereses, actividades y personalidades de los adultos
Freud decía que los niños pequeños son seres sexuales (1940/1964), cuya perspectiva del seño era muy amplia, ya que abarcaba actividades como chuparse el dedo y orinar. Freud creía que a medida que maduraba el instinto sexual su foco cambiaba de una parte del cuerpo a otra y que cada cambio provocaba una nueva etapa de desarrollo psicosexual.
Freud decía que los padres deben caminar en una línea delgada con sus hijos en cada etapa psicosexual. Pensaba que permitir demasiada o muy poca satisfacción de las necesidades sexuales causaba que un niño se obsesionara con cualquier actividad que fuera aletada o desalentada en forma intensa, en cuyo caso el niño podía fijarse en esa actividad (es decir mostrar un desarrollo detenido) y conservar algún aspecto de ella a lo largo de su vida.
Por ejemplo: un bebé que fue castigado muy fuerte por chuparse el dedo, lo cual generó un conflicto a ese respecto, podría expresar esta fijación oral a través de actividades sustituidas como fumar cigarrillos, practicar sexo oral cuando es adulto. En suma Freud afirmaba que las primeras experiencias y conflictos infantiles pueden influir en los intereses, actividades y personalidades de los adultos
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